El avance del virus Harran es similar al de la rabia. Si un infectado te muerde, el virus llega al torrente sanguíneo y, de forma lenta e inevitable, se extiende por el organismo.

La enfermedad degrada las nucleobases del ADN y afecta a las funciones motoras y nerviosas en cuatro fases:

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FASE1

Presentas síntomas parecidos a la gripe. Toses, sudas mucho y las pupilas se te dilatan. También tienes fiebre y escalofríos.

FASE2

Tu temperatura corporal alcanza los 43 °C. Tienes convulsiones y la piel empieza a degradarse.

FASE3

La piel empeora cada vez más. Te pica todo y te rascas para aliviar el sufrimiento. Te rascas, te rascas, te rascas... hasta que no queda piel, solo una enorme herida abierta. No puedes pedir ayuda porque el virus afecta a tu capacidad de hablar.

FASE4

Este es el momento clave tras el que la mutación genética pasa a ser irreversible. Eres un humano atrapado en el cuerpo podrido de un monstruo.

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FASE1

Presentas síntomas parecidos a la gripe. Toses, sudas mucho y las pupilas se te dilatan. También tienes fiebre y escalofríos.

FASE2

Tu temperatura corporal alcanza los 43 °C. Tienes convulsiones y la piel empieza a degradarse.

FASE3

La piel empeora cada vez más. Te pica todo y te rascas para aliviar el sufrimiento. Te rascas, te rascas, te rascas... hasta que no queda piel, solo una enorme herida abierta. No puedes pedir ayuda porque el virus afecta a tu capacidad de hablar.

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Este es el momento clave tras el que la mutación genética pasa a ser irreversible. Eres un humano atrapado en el cuerpo podrido de un monstruo.

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Presentas síntomas parecidos a la gripe. Toses, sudas mucho y las pupilas se te dilatan. También tienes fiebre y escalofríos.

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Tu temperatura corporal alcanza los 43 °C. Tienes convulsiones y la piel empieza a degradarse.

FASE3

La piel empeora cada vez más. Te pica todo y te rascas para aliviar el sufrimiento. Te rascas, te rascas, te rascas... hasta que no queda piel, solo una enorme herida abierta. No puedes pedir ayuda porque el virus afecta a tu capacidad de hablar.

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Este es el momento clave tras el que la mutación genética pasa a ser irreversible. Eres un humano atrapado en el cuerpo podrido de un monstruo.

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Presentas síntomas parecidos a la gripe. Toses, sudas mucho y las pupilas se te dilatan. También tienes fiebre y escalofríos.

FASE2

Tu temperatura corporal alcanza los 43 °C. Tienes convulsiones y la piel empieza a degradarse.

FASE3

La piel empeora cada vez más. Te pica todo y te rascas para aliviar el sufrimiento. Te rascas, te rascas, te rascas... hasta que no queda piel, solo una enorme herida abierta. No puedes pedir ayuda porque el virus afecta a tu capacidad de hablar.

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Este es el momento clave tras el que la mutación genética pasa a ser irreversible. Eres un humano atrapado en el cuerpo podrido de un monstruo.

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Se trata de una pulsera que controla el avance de la infección en el organismo.

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En la parte interna se une a la vena con una aguja elástica.

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En la parte externa, hay diodos que cambian de verde a rojo, indicando en qué fase se encuentra la infección.

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Vigílala de cerca: estarás a salvo mientras esté en verde.

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Cuando el último diodo cambie a rojo, será lo último que veas..., al menos como humano.